conversan los asistentes del alguacil

Bruno Enciso
4 min readMar 8, 2024

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Exhibición individual de Saul Josaf en Espacio Báltico. Curaduría por Bruno Enciso. Febrero 2024 — Abril 2024.

(…)Y ya daba alcance el ciervo al ciervo cuando lo perdió. En la oscuridad se perdió. Pero no era el ciervo el que se había perdido sino Diego. En la oscuridad Diego se encontró perdido. No sabía dónde estaba y no sabía nada y temió que de seguir avanzando terminaría por tampoco saber quien era. Pero siguió avanzando y ya no supo quien era. Había dejado Diego a Diego atrás llorando como un niño aterrorizado en la oscuridad. Pero siguió avanzando, siguió avanzando en la oscuridad no ya como un hijo de los hombres ni tampoco como un hijo de los ciervos, siguió avanzando sin saber quien era, siguió avanzando y era nadie.

Luis Felipe Fabre, en Declaración de las canciones oscuras.

(…) Pero el camino de regreso de tan oscuro había duplicado su longitud. Y ya no podía cantar porque ya no me oirías. O más bien, porque estabas dormido. Y yo no te quería despertar.

Algunas cosas que sabemos sobre la experiencia de la noche más noche:

Si se ha instaurado es porque ya antes había anochecido. Podríamos decir que la noche más noche ha parasitado una noche convencional, añade una segunda capa nocturnal. La noche más noche no es la entrada hacia el reino de las tinieblas ni a la boca de una bestia y mucho menos al mundo de los sueños porque, de hecho, el sueño ahora hay que arrebatárselo al sol.

Si bien los ojos mantienen su funcionamiento, están siempre al borde de una crisis. En cada parpadeo se actualiza una angustia. Es precisamente a través de la angustia que unx puede percatarse que ya está caminando a través de la noche más noche. Es un camino alterno aunque no siempre oculto: el viraje que se produce al llorar. Si una fuerza, un gesto o un espíritu alcanza a delinear algo aunque sea escasamente distinguible entre la oscuridad, seguramente tal figura inspirará peligro, desolación. De alguna manera es preferible no ver nada, pero sí que conviene sentirlo todo.

La noche más noche expande la piel, volviéndola extremadamente vulnerable. Podría quien te acompaña atravesarla sin darse cuenta. Podrías sangrar al roce de una caricia que es una flecha que es un arranque que tenía intenciones de protegerte que nunca quiso hacerte daño. El horizonte es blando como una lengua, el tiempo lo produce un jadeo.

El color nace ciego. Se reconoce en tus ojos angustiados se reconoce en ti y en tu piel expandida y vulnerable. El roce de la flecha que te ha herido al color le hizo sangrar y sangrando derrama la luz que alguna vez lo nutrió. Luz contaminada, sangre tibia al tacto. Ni la sangre ni las lágrimas alcanzan a iluminar nada.

La noche más noche es una experiencia individual como individual es el cuerpo que anhela nunca alejarse demasiado del otro asistente, al que te da gusto escuchar porque no ves nada porque preguntará por ti cuando no estés. Sabemos que la experiencia de la noche más noche es pasajera pero no hay manera de predecir su duración. Es altamente afectante: tras haberla experimentado, sólo queda ser otrx. Exhaustx, heridx, continuar.

Esta exposición es un ensayo acerca de una crisis compartida; la elaboración de un marco para pensar la oscuridad del tiempo que nos atraviesa. En la noche más noche encontramos una posibilidad para dar lugar a los efectos de los imprevistos, amenazas y arrebatos que varias fuerzas producen sobre nuestros cuerpos. Siendo tan densa esta oscuridad, la sensibilidad es forzada a expandirse. No tratamos de señalar episodios catastróficos ni de pintar con claridad un paisaje desalentador, sino de producir un espacio donde los efectos de la noche más noche son plausibles, innegables. Simpatizamos con la oscuridad y la desesperación porque, a través de una angustiosa exploración, en este momento nos han permitido replantear aquellas versiones de nosotros mismxs que ya no pueden sostenerse.

Es también un tributo al asistente altanero y al asistente noble. A Ferrán y a Diego que por la naturaleza de su trabajo y el talante de su carácter no pueden encarnar a un héroe. Queremos rescatar la figura del que hace lo que hace porque no le queda de otra como un referente cercano, alguien con quien nos podemos relacionar. La noche más noche les afecta distinto a cada uno porque son muy diferentes entre sí, pero ambos entienden que están juntos en este oscuro camino. Conversan, se irritan, se detestan y se buscan cuando es necesario.

Ojalá esta exposición sea solo una de muchas derivas posibles para desentrañar los enigmas y poderosos virajes estéticos que encontramos en Declaración de las Canciones Oscuras, novela de Luis Felipe Fabre.

Saul es un artista sensible y perseverante. La pintura lo mantiene sumergido en aguas confusas, vastísimas, en ocasiones ácidas, en otras heladas. Ahí abajo, nunca deja de moverse. A veces nada insistentemente hacia el fondo para luego voltearse y flotar lentamente hacia la superficie, sin acercarse demasiado. La luz del sol y de la luna le llegan filtradas por el agua, por el azote de las olas, por la lluvia: su mirada no cesa de distorsionarse. Sus obras son posibles gracias a las brazadas, zancadas y respiraciones que utiliza para estabilizarse.

Miro su trabajo, un instante preciso y al siguiente desbordado, y termino intrigado: ¿Qué va a pasar después?

Bruno Enciso, curador.

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